domingo, 19 de marzo de 2017

San José...

Redemptoris Custos
Documento de Juan Pablo II sobre San José

El 15 de agosto de 1889, el Papa León XIII escribió una encíclica, "Quamquam Pluries", presentando a San José como modelo de la vida familiar y de la vida de trabajo, y patrono de la Iglesia universal. 
Para conmemorar el centenario de esta encíclica, el Papa Juan Pablo II promulgó una nueva exhortación apostólica sobre San José. Su título es Redemptoris Custos (el Custodio del Redentor). Junto con su primera encíclica en 1979, Redentor Omitís (el Redentor del hombre), y la de 1987, Redemptoris Mater (la Madre del Redentor), este documento nos da una enseñanza autoritativa sobre los tres miembros de la Sagrada Familia y sus papeles en el misterio de la redención. Naturalmente Jesús es el único Salvador del mundo, pero Dios invita a María y a José a participar muy de cerca en este misterio. Veamos algo sobre esta exhortación: 

El trabajo - expresión del amor 

El título de "carpintero" abarca toda la vida de José. El trabajo es un modo diario en que expresa su amor a la Familia de Nazaret. Jesús da ejemplo de obediencia participando en el trabajo de José y llegando a ser conocido como el "hijo del carpintero." El 1ro de mayo se celebra la fiesta de San José Obrero. Jesús ha redimido el trabajo. La laboriosidad es una virtud por la cual el ser humano puede participar en la obra de Dios, Creador y Redentor, puede hacerse en cierto sentido más humano, y puede profundizar en la amistad con Cristo. San José nos enseña a santificar la vida diaria, elevando a Cristo las obras comunes, humildes y sencillas. 

El primado de la vida Interior 

También el trabajo de José está envuelto en el misrno clima de silencio que indica una profunda vida interior. José vivía en contacto diario con el misterio, y la gran contemplativa, Santa Teresa de Jesús, promovió la devoción a él corno modelo de contemplación. Su insondable vida interior era el fundamento de su sacrificio total de sí en sumisión a Dios y disponibilidad para su servicio. Al vivir en comunión con Jesús, María y José fueron los primeros beneficiados por el amor salvífico que todas sus acciones irradiaban. San José unió perfectamente la contemplación y la acción, el amor directo a Cristo , la verdad y el amor expresado en servicio activo al niño.

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